Desde el inicio del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio para controlar la expansión del COVID-19, el foco estuvo puesto en no colapsar el sistema de salud de nuestro país. La gran preocupación fue y sigue siendo disponer de camas habilitadas para internación en los diferentes hospitales y clínicas. Desde la Cámara de Empresas de Internación Domiciliaria de la Provincia de Buenos Aires (CAMEID), estamos convencidos de que el tratamiento en el hogar es una opción viable y segura para paliar parte de la situación.
La internación domiciliaria es un servicio brindado por un equipo interdisciplinario de profesionales de la salud, donde el paciente puede acomodarse en sus espacios y seguir con sus tratamientos. La experiencia ha demostrado que con esta modalidad se logra una mejora en la calidad de vida de la persona enferma.
Mientras atravesamos el pico de contagios de COVID-19 en Argentina, los hospitales de la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires se ven cada vez más complicados con la cantidad de camas disponibles. Aquí es donde la internación domiciliaria entra en juego.
En un escenario de aislamiento, la modalidad de internación en el hogar y el acompañamiento asistencial son posibles soluciones para evitar el colapso del sistema de salud.
En cuanto al COVID-19, si el paciente está en condiciones de continuar su tratamiento fuera del ámbito hospitalario, y con un equipo de profesionales atento a los recaudos necesarios, se le incita a seguir con el mismo en su hogar. Esto favorece su recuperación y permite liberar camas para aquellos que por su gravedad más las necesitan.
Lograr bajar la curva de contagios y las muertes es la prioridad, por esto es necesario que se sigan cumpliendo las normas sanitarias impuestas. Desde la CAMEID sostenemos que en este contexto es invaluable el aporte que brinda la internación domiciliaria al sistema de salud