Se acerca diciembre y sus días soleados. Esto, combinado con el fin de la cuarentena obligatoria, hace que cada vez más queramos salir del encierro y pasar todo el tiempo posible al aire libre. Pero más allá de las ganas, no hay que perder de vista dos cosas: que debemos seguir protegiéndonos del COVID 19 y que es fundamental cuidar nuestra piel del sol.
Muchas veces nos exponemos a factores de riesgo sin darnos cuenta de que le podemos estar causando un daño a nuestro cuerpo. O las señales que éste nos envía son tan leves que pueden pasar inadvertidas, tanto que podemos estar enfermándonos sin darnos cuenta. Esta es una situación que ocurre por ejemplo con el cáncer de piel.
Desde la Cámara de Empresas de Internación Domiciliaria (CAMEID) hacemos siempre hincapié en que para mantener una buena salud es importante contar con información.
Lo primero que se debe saber sobre esta patología es que es un tipo de cáncer que se forma en los tejidos de la piel y puede responder a distinto factores como las quemaduras solares reiteradas o la exposición a radiación ultravioleta (UV) a largo plazo.
¿Cómo reconocer el cáncer de piel?
Actualmente, se conocen al menos tres tipos de tumores que afectan la piel, cada uno diferente, tanto en su forma como en su tratamiento:
· El Carcinoma basocelular es el más frecuente en el ser humano y es el que suele asociarse a los cuerpos más dañados por el sol o muy blancos. Habitualmente aparece en el rostro, el cuello y las manos, aunque no es extraño que se ubique en el tronco.
· El Carcinoma espinocelular, es el tipo que aparece en su mayoría en personas con pieles blancas que no se broncean -pero siempre se enrojecen- o con pecas y daño solar. Generalmente se asienta en la cara, el borde de las orejas, el cuero cabelludo y la boca, particularmente en el labio inferior que es el que más está expuesto al sol. Puede crecer también en la región genital y perianal, donde adquiere mayor agresividad. A diferencia del primer tipo de tumor, este puede hacer metástasis en los ganglios de la región afectada y en otros órganos. Se recomienda que quienes hayan tenido epiteliomas basocelulares y/o espinocelulares se controlen, ya que tiene mayores posibilidades de desarrollar otros tumores.
· Los Melanomas, son aquellos que manifiestan por la aparición de una pequeña área pigmentada sobre la piel sana, o por la modificación del tamaño o del color de un lunar. Se originan a partir de melanocitos, células que producen el pigmento (melanina) de la piel normal, en zonas adyacentes a un lunar o directamente sobre un lunar pre-existente.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Las personas con más riesgos de contraer este tipo de cáncer son aquellas con pieles muy blancas, que tienden a enrojecerse, pero no a broncearse. También son proclives a padecerlo quienes tienen muchos lunares o lunares atípicos.
Si bien hay diversos factores de riesgo, no hay dudas de que el más importante es la frecuente exposición a los rayos UV. Por eso la prevención debe ser más intensa en los meses de verano y primavera, aunque debe mantenerse durante todo el año.
Hay varias medidas que se pueden tomar en ese sentido:
· Restringir los horarios de exposición al sol y evitar el de radiación más intensa, que es de 10 a 16.
· Elegir ropa y accesorios que cubran la piel y que sean acordes al clima. Con el frío es posible usar indumentaria más cerrada, que dificulta el paso de los rayo UV, mientras que en los días de calor lo idea es contar con prendas holgadas y de colores claros. También hay que incluir sombreros y anteojos para proteger el rostro y los ojos.
· Utilizar cremas con Factor de Protección Solar 20, como mínimo. Cuanto mayor sea el factor, más eficaz será frente a los rayos UV. En el caso de niños, si son menores de 1 año se deberá evitar directamente la exposición al sol y si son más grandes, se recomienda usar protectores solares de Factor alto.
· Evitar las camas solares que son otra fuente de radiación ultravioleta y pueden causar un mayor riesgo de desarrollar cáncer de piel. Los rayos UV artificiales se acumulan a las dosis UV del sol absorbido durante el día.
Si bien adoptar estos hábitos puede ayudar a reducir los riesgos, siempre hay que realizar consultar y controles con médicos especializados. Para prevenir tanto esta como cualquier otra patología.
Como representantes del sector de la salud, desde CAMEID seguimos insistiendo que la mejor manera de tratar una enfermedad es previniéndola y para eso, la información es fundamental.