Como todos los 29 de octubre, hoy se conmemora el Día Mundial del Accidente Cerebro Vascular (ACV). Se trata sin dudas de una ocasión para difundir información y generar consciencia sobre una patología que es grave, pero que afortunadamente se puede prevenir.
Pero para poder tomar conciencia y realizar acciones para evitar el ACV, se debe primero conocer más de qué se trata. El Accidente Cerebro Vascular es una condición que se produce cuando hay una interrupción brusca en el flujo sanguíneo del cerebro. Como consecuencia, éste deja de recibir el oxígeno y los nutrientes que requiere para su funcionamiento normal y, por lo tanto, deriva en la muerte del tejido cerebral. El daño que se genera puede ocasionar la pérdida de aquellas funciones dependientes del órgano que resultó afectado.
Existen dos tipos de ACV, que tienen que ver con el modo en que se produce este accidente. Si se debe a la obstrucción de una arteria, generando un infarto cerebral, se denomina isquémico –el 80 por ciento de los ataques pertenecen a esta categoría-, en cambio, si se genera por la ruptura de una arteria cerebral y luego se forma un hematoma en el tejido, se trata de un ACV hemorrágico.
¿Cómo saber si se padece un ACV?
Es bastante difícil poder detectar de manera anticipada esta condición, ya que las señales aparecen generalmente de manera repentina. Por eso, cobra más importancia conocer cómo y cuáles son sus síntomas. De esta manera, nos será posible acudir a un profesional de la salud apenas se reconozca un alerta.
Desde la Cámara de Empresas de Internación Domiciliaria de la Provincia de Buenos Aires (CAMEID) hacemos siempre hincapié en lo fundamental que resulta poder detectar y entender las señales que nos envía el cuerpo. En este caso, reconocer un síntoma y recurrir pronto a un médico ayuda a reducir significativamente los riesgos de muerte y de discapacidad. Para esto, el neurólogo Facundo Manes propone una fórmula sencilla conocida como las 5C:
1. Cabeza: Se puede presentar un dolor de cabeza severo, súbito y persistente, como una explosión.
2. Cuerpo: La persona tiene debilidad o paralizado un lado de la cara, el brazo o la pierna.
3. Confusión: Se produce un repentino estado de confusión que genera problemas para pensar, hablar o entender.
4. Ceguera: Es posible que se produzca la pérdida repentina de visión o se vea una imagen doble.
5. Caminata: Puede darse una pérdida del equilibrio de manera brusca.
Otro de los síntomas a los que hay que prestar atención es a la dificultad en el lenguaje, ya sea para hablar o para comprender el habla. Esta alteración varía en función al área cerebral dañada, y en muchos casos pueden ser producto de otra problemática, como la presencia de un tumor, un traumatismo de cráneo o de una enfermedad degenerativa.
¿Por qué ocurren los ACV?
Existen distintos factores que pueden desencadenar un ACV. La edad y el sexo son dos de ellos. Con respecto a la primera, si bien puede afectar a cualquier persona, es más frecuente que se produzca después de los 55 años. En relación al sexo, los hombres son más proclives a sufrirlo, pero en las mujeres hay más posibilidades de que les cause la muerte. Finalmente, si en la familia hay antecedentes de accidentes cerebrovasculares es importante tenerlo en cuenta y estar alerta.
Por otro lado, hay condiciones médicas que pueden a incrementar el riesgo se incluyen la hipertensión, la alteración de los lípidos sanguíneos (colesterol, triglicéridos), la enfermedad carotidea, la diabetes, las arritmias cardíacas, enfermedades de las válvulas del corazón y trastornos hematológicos.
Hoy en día se conoce que existen maneras de prevenir un ACV y desarrollar una vida saludable y, en general, tienen que ver con mejorar los estilos de vida. Evitar el tabaquismo, la obesidad, la mala alimentación, el sedentarismo son algunas de las cuestiones fundamentales.
El accidente cerebrovascular no afecta sólo a la persona que lo padece, sino a su entono. Un porcentaje muy alto de los pacientes que atendemos quienes integramos la CAMEID han transitado un ACV. Según nos indica la experiencia, los cuidados que deben recibir –sobre todo en casos con daños más profundos- son sumamente dificultosos. En ese sentido, necesitan de la atención de un equipo preparado para dar respuestas a cada una de sus necesidades. Esto contempla desde la atención médica hasta la contención emocional, suya y de su familia.Como representantes del sector de la salud, nuestro lema en CAMEID es que el mejor tratamiento es la prevención y, en ese sentido, entendemos que el modo más efectivo de prevenir es ayudando a difundir el conocimiento