Realizar actividad física cotidianamente, es un hábito esencial para equilibrar nuestro propio cuerpo y no solo a nivel físico, sino también emocional y mental. Por eso, no podemos dejar pasar por alto su importancia al hablar de prevención de enfermedades y de la recuperación del paciente.
Acostumbrarnos a movernos cada día un poco más
Mantenernos activos es clave en cualquier momento de nuestra vida. El cuerpo humano está naturalmente diseñado para gastar más energía al día de la que consume y eso actualmente,representa un desafío sobre todo en un mundo que tiende al sedentarismo. Al mismo tiempo, la actividad física es clave para sostener nuestro equilibrio mental y emocional.
Esto no implica necesariamente comenzar a realizar ejercicios o deporte de manera intensa. La Organización Mundial de la Salud define la actividad física como “cualquier movimiento corporal producido por los músculos esqueléticos, con el consiguiente consumo de energía”. Esto incluye actividades del día a día, como trabajar, caminar, jugar, subir las escaleras, andar en bicicleta, tareas domésticas y actividades recreativas. Lo que marca la diferencia es realizar pequeñas actividades como estas todos los días para mantener un cuerpo activo, ya que, sean moderadas o intensas, son beneficiosa para la salud.
Ir incorporando cada día actividades sencillas ayuda a mantener y mejorar la salud. Desde la Cámara de Empresas de Internación Domiciliaria de la Provincia de Buenos Aires (CAMEID) enfatizamos en la importancia de realizar actividad física constantemente para como parte de prevenir cualquier complicación de salud y resaltamos su rol en la etapa de recuperación de un paciente.
Retomar actividad en cuanto sea posible
Durante un proceso de recuperación, sea posterior a una enfermedad u otro motivo clínico, es necesario que el paciente -en la medida que sea posible y el médico lo indique- complemente su día con actividad física. En determinados casos, el énfasis debe ponerse en el sector dañado del cuerpo para que este se vaya regenerando de a poco, por ejemplo con las lesiones musculares.
Realizar movimientos corporales después de haber pasado por una complicación conlleva a un mejoramiento general de la salud, incluyendo la parte cardiovascular, el metabolismo y la osteo-articular. Además, ver progresos físicos y resultados positivos mejora nuestro humor y bienestar general, a la vez que ayuda en la reinserción a las actividades cotidianas. Esto acelera los procesos de recuperación y el paciente gana más voluntad.
En CAMEID entendemos lo vital que significa mover el cuerpo, aunque empiece por pequeños pasos día a día. Por grave que haya sido la situación de salud, complementar la recuperación con actividad física constituye una importante parte del proceso regenerativo y de fortalecimiento de nuestro sistema.