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Cómo prevenir las fracturas de cadera

Las fracturas de cadera son una de las patologías más comunes en las personas adultas mayores. Éstas suelen derivar traumatismos producidos por golpes o caídas que afectan la porción más cercana al tronco del hueso del fémur, aunque, por supuesto, en algunas ocasiones estas fracturas se producen de manera espontanea.

El hecho de que sea una problemática tan recurrente en pacientes de la tercera edad tiene que ver con que como consecuencia normal del envejecimiento, hay una pérdida de densidad ósea. Esta alteración es conocida como osteoporosis, y se caracteriza por generar menor capacidad de resistir cargas sobre la estructura ósea.

Por otro lado, no hay que olvidar que durante la vejez suele haber mayor riesgo de caídas, pérdida de reflejos, alteración de la vista, exceso de consumo de medicamentos y atrofia muscular, entre otros.

Más que una simple fractura

Las fracturas de caderas suelen tener consecuencias serias que van más allá de la lesión en sí. Desde la hospitalización, las intervenciones quirúrgicas y otras complicaciones físicas. Pero, además, esta situación suele generar en los pacientes una pérdida de movilidad y de destreza, falta de seguridad y de confianza y, sobre todo, una disminución de la autonomía. Todo esto puede causar un deterioro emocional.

En internación domiciliaria trabajamos con muchos pacientes que atraviesan esta patología. Por ese motivo, contamos con equipos de profesionales de la salud que se ocupan de cada uno de los aspectos y necesidades del individuo y su familia, ya que también requieren de un importante grado de contención.

Factores de riesgo

Como en toda patología, existen factores de riesgo para las fracturas. Entre ellos, se destacan:

  • La edad, ya que la densidad ósea y la masa muscular tienden a disminuir.
  • El sexo, ya que, según estadística, las mujeres son más propensas a fracturarse la cadera. Esto tiene que ver con que pierden densidad ósea con mayor rapidez que los hombres; además, la menopausia acelera la pérdida ósea.
  • Las enfermedades crónicas, sobre todo las vinculadas con trastornos endocrinos, como la tiroides hiperactiva, provocan fragilidad en los huesos. Las patologías intestinales, por su parte, reducen la absorción de la vitamina D y el calcio, que puede devenir en  debilidad en los huesos y fractura de cadera. Hay otras patologías, como las que afectan el cerebro y al sistema nervioso que también pueden incrementar el riesgo de caídas.
  • La mala alimentación, ya que  la falta de calcio y de vitamina D durante la juventud tienden a reducir el pico de masa ósea y a aumentar el riesgo de sufrir fracturas en la vejez.
  • La falta de actividad física, por eso se recomienda realizar ejercicios que se basen en soportar peso, que ayudarán a fortalecer los huesos y los músculos.

Cómo prevenir la fractura de cadera

 Como en todos los temas de salud, llevar una vida saludable es fundamental para prevenir enfermedades o malestares. Y si bien los riesgos de caídas son habituales, hay algunos recaudos que se pueden tener en cuenta para reducir las posibilidades de accidentes.

Se trata de pequeñas acciones que, sin dudas, marcan la diferencia. Realizar una rutina diaria de ejercicios físicos; hacer modificaciones en el hogar para desobstaculizar los espacios e instalar barras de ayuda, sobre todo en el baño que es donde más se producen los accidentes del hogar. Además, es importante tener una buena iluminación en la vivienda.

Por otro lado, es necesario realizar controles médicos de manera frecuente, especialmente para revisar la vista, que es otro factor importante para evitar caídas.    

Como siempre señalamos desde la Cámara de Empresas de Internación Domiciliaria de la Provincia de Buenos Aires (CAMEID), la prevención y los hábitos saludables son la clave para mejorar la calidad de vida.

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